29 octubre 2006

"Así vivo todos los días"

(25 de octubre de 1996, Página/12)

En otro concierto anárquico y desconcertante, el rocker se dio el lujo de llenar un teatro con 2500 invitados que pagaron por participar de su fiesta. Mercedes Sosa, León Gieco y Juanse, de Ratones Paranoicos, desfilaron por el escenario.


Hay varias preguntas que ya no necesitan respuesta, o al menos ésta ya está escrita. Charly García es uno de los poquísimos artistas argentinos que pueden convocar a un show con solo dos días de anticipación y llenar un teatro. Al mismo tiempo, se establece la paradoja de que sus discos tienen cada vez menos sustancia y sus espectáculos son caa vez más pobres, y aún así el público responde y vitorea. Un fenómeno que tiene que ver con la enormidad de la historia del artista antes que con su actualidad. Por eso, por el innegable amor que vincula a García y su público, el miércoles por la noche hubo conformidad con lo que fue una caótica fiesta de cumpleaños, en la que por otra parte le cobró entrada a todo el mundo, incluidos sus amigos, ex compañeros de andanzas y periodistas.

Las pautas del encuentro estaban más o menos claras: Charly quería festejar su aniversario número 45, y de paso adelantar algo de lo que verá la luz bajo el título Say No More - Constant Concept. En el primer caso puede considerarse un objetivo cumplido; en el segundo, habrá que esperar a la edición del disco para apreciar qué se extrae de los erráticos esquemas que sonaron sobre el escenario. Podrá ser redundante, pero eso no le quita verdad al hecho de que es el público -y su memoria- quien contiene a las canciones. Y cuando las canciones peretenecen al rubro de los estrenos, no queda más remedio que intentar imaginar las virtudes en el entrevero. Tras una no-explicación del título de su nueva obra, exactamente a las 21, Charly abrió el fuego con "Don't let them bring you down", tema de Neil Young traducido a "No te dejes matar", que finalmente deberá quedar fuera del disco por cuestiones legales. Fue el comienzo de una serie de bloques de música con breves intervalos, en los que el bigote bicolor apeló mucho más a su histrionismo que a su capacidad musical. Así, lo que puede intuirse con bastante seguridad que es una buena canción -"Cuchillos"- naufragó en un curso sin destino aparente.

Así hubo chistes de toda clase, comprensibles y carentes de sentido, aunque más de uno prefirió reír antes que quedar en offside ante el resto. Hubo algunos dardos para los colegas, como los expresados antes y después de "Por favor, yo necesito un gol": cuando hubo que parar el tema porque Charly no recordaba la letra, un breve diálogo con María Gabriela Epumer terminó con la frase "Bueno, pero yo soy un genio y vos no", que puede ser una broma y hasta una verdad, pero resulta antipática en público. Cuando la canción terminó con una pálida respuesta desde la sala, García reflexionó que "parece que ir a ver música clásica los dejó... bueno, vamos a tocar la Novena Paranoica", invitando a Juanse y dejando en el aire una alegoría a los conciertos en el Colón de Fito Páez. La intervención del líder de Ratones Paranoicos propició un salto a lo kamikaze de García, que aterrizó en las pirmeras filas y pudo zafar de los brazos y volver al escenario con bastante esfuerzo. Fue una de las muchas ofrendas, ya que hoy las casas de venta de instrumentos deberían publicar una solicitada agradeciéndole su pasión por la destrucción de guitarras, micrófonos, teclados y equipamiento en general.

Pese a todo, en medio de tanto desquicio, hubo momentos en los que la música fue protagonista. Dos de ellos tuvieron que ver con la intervención de León Gieco, quien puso su armónica y su voz al servicio de una buena versión de "El fantasma de Canterville", y Mercedes Sosa, imagen de la serenidad que emocionó con "Inconsciente colectivo" y "De mí". Poco antes, el estreno de "Estaba en llamas cuando me acosté" dio lugar a una larga diatriba contra la policía y los medios de comunicación, mientras en la pantalla de video desfilaban los escandalosos titulares de Crónica y Diario Popular de la época de su declaración en el juzgado de Dolores, curiosamente mezclados con una nota a favor de su posición publicada por este diario. En los intervalos, una chica se desgañitaba al grito de "Charly, salí a cantar, no hiciste ni un tema", mientras a su alrededor le advertían que cerrara la boca. Lo hizo, o se fue, con lo que se consiguió un buen consenso para la parte final del cumpleaños. "Eiti leda" enganchado con "Los dinosaurios", "Pasajera en trance", "Fanky", un final atronador con la introducción de "No toquen": media hora después de la despedida, cuando parecía que ya no quedaba nada en pie y la gente ya estaba en la calle, hubo otro regreso limitado por un anunciado corte de luz. Entonces, sí, terminó todo. Charly se fue con el cumpleaños a otra parte, los pibes marcharon masticando su alegría o el descontento que no impedirá darle otro crédito. Algo que puede resumirse en una propia frase de García: "No sé de qué te asustás, así vivo todos los días". Un festín, otro más. La música sigue esperando revancha.